miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Se puede tratar los miomas sin cirugía?







Generalmente los miomas se localizan en la cavidad uterina y raramente en el cuello del útero y los ovarios. En el 30% de los casos, los miomas o fibromas uterinos pueden ser asintomáticos, es decir no presentar síntomas.

Los miomas deben ser operados cuando estos causan síntomas que afectanla calidad de vida de la paciente o ponen en riesgo su vida, es decir aquellos que causan sangrado vaginal importante y no responden al manejo médico con medicamentos; o aquellos que son tan grandes que tienen un efecto de masa pélvica produciendo compresión sobre los uréteres o la vejiga. 

De igual manera en pacientes con problemas de infertilidad todo mioma submucoso y aquellos mayores de 5 cm serán operados aunque no causen síntomas.

Sin embargo, los miomas también se pueden tratar sin cirugía.En la Clínica Oncogyn, el médico ginecólogo, Dr. Giovanni Casafranca, nos explica que hoy en día existen otras alternativas en cuanto al manejo de los miomas. Una de ellas es a través de la observación y el control periódico, es decir cuando son pequeños menores de 3 cm, cuando no producen síntomas como dolor o hemorragias, o cuando no afectan la fertilidad ni un embarazo posterior.

Los miomas también se tratan con medicamentos. La función de estos medicamentos es lograr disminuir el tamaño de los miomas con el fin de que su extracción sea más fácil durante la cirugía.

Y por últimoa través de la radiología intervencionista, con la embolización, lo que se hace es interrumpir el flujo sanguíneo de las arterias que alimentan los miomas. “Con este procedimiento se detienen las hemorragias, y se reduce el tamaño de los miomas. La parte sana del útero seguirá recibiendo sangre por otras arterias.  Sin embargo no todas las mujeres son aptas para este procedimiento por lo que deben ser evaluadas exhaustivamente” indicó el Dr. Giovanni Casafranca.

Presión alta en el embarazo: riesgo de muerte



La  presión alta en el embarazo es muy peligrosa y muy grave porque puede causar la muerte de la mamá. Puede producir hemorragia cerebral, convulsiones y alteración en todo el sistema de coagulación y existe la posibilidad de que cause daño renal y daño hepático severo.

En una entrevista realizada a la Dra. Gladys Calderón de la Clínica Oncogyn de San Miguel, nos explicó que hay dos tipos de presión alta en el embarazo: La hipertensión arterial, que es cuando la presión alta está presente desde antes del embarazo o antes de los cuatromeses de gestación. Y la preeclampsia, que es la más frecuente de las enfermedades del embarazo. Se define la preeclampsia cuando el aumento de la presión arterial ocurre después de las 20 semanas de embarazo y se acompaña de la presencia de proteínas en la orina.

“La preeclampsia puede afectar al bebé porque altera el flujo sanguíneo que es lo que alimenta y da oxígeno al bebé. Los efectos adversos de la preeclampsia sobre el niño serán más graves cuanto más precoz se presente, (antes de los 7 meses es muy peligroso) y cuanto más severo sea” indicó la Dr. Gladys Calderón.

Los síntomasque la gestantepuedepresentar son: hinchazón en manos, pies o cara, dolores de cabeza que no ceden, cambios en la visión, náuseas o dolor en la parte superior del abdomen, súbitaganancia de peso ydificultadpararespirar.

“Cómo el signomásimportantees la elevación de la presión arterial, todagestantedebería saber tomarse la presión arterial.Todos en casa debemosteneruntensiómetro digital másaúnsiesgestante, la presiónmenor de 100/70 es ideal, cuandoyaestá en 120/80debemosestaralerta” explicó la ginecóloga.

No siempre se puede prevenir la preeclampsia, pero se ha visto en los diferentes estudios, que si se toman acciones al respecto, la presentación de esta enfermedad es menor.La Dra. Gladys Calderón, nos aconseja empezar el embarazo con peso adecuado y evitar ganar mucho peso durante el embarazo, consumir calcio, antioxidantes y aspirina, evitar el alcohol y tabaco, evitar situaciones de estrés extremoy evitar infecciones urinarias durante el embarazo.

sábado, 23 de agosto de 2014

El test de Papanicolaou ¿es un chequeo?




Muchas mujeres creen que el Papanicolaou es un chequeo pero ¿lo es realmente?.La respuesta es no. El Papanicolaou no es un chequeo. El test de Papanicolaou es el estudio del cuello uterino y por lo tanto es un examen y parte de un chequeo. 

En una entrevista realizada al médico especialista en ginecología, Dr. Giovanni Casafranca, de la Clínica Oncogyn, nos explicó que en el chequeo integral ginecológico, se realizan cinco exámenes para evaluar los ocho órganos del aparato reproductor femenino como la vulva, vagina, cuello uterino, útero, endometrio, trompas, ovarios, mamas. Estos cinco exámenes están comprendidos por la Colposcopía, Frotis Cérvico Vaginal, Test de Papanicolaou,  Ecografía Transvaginal y Ecografía Mamaria.

“La finalidad de un chequeo ginecológico es la detección precoz y la prevención de enfermedades del aparato reproductor femenino. El Test de Papanicolaou, permitirá evaluar el cuello uterino y detectar alteraciones como infecciones, inflamaciones, lesiones precancerosas  y cancerosas de cuello uterino así como el estado hormonal de vagina y cuello uterino”, expresó el médico ginecólogo.

El Papanicolaou es un procedimiento que no produce daño en la mujer pues las células recolectadas son aquellas que naturalmente se descaman del cuello uterino. La muestra se toma no solo de la parte externa sino también de la parte interna del cuello uterino, 
sin producir malestar en las mujeres. 

Los expertos recomiendan que una mujer que ya tuvo relaciones sexuales debe tener un test 
de Papanicolaou a partir de los 18 años y todas las demás mujeres entre 21 y 65 años. Así mismo,  la Sociedad Americana de Cáncer, el año 2012, recomendó que los chequeos de salud en una mujer deban ser anuales juntamente a la toma de Papanicolaou. 

viernes, 15 de agosto de 2014

¿Los miomas se convierten en cáncer?



El mioma uterino es un tumor benigno en el 99% de los casos y solo el 1% se maligniza en cáncer.  Los miomas uterinos se presentan entre el 20 y 50% de las mujeres en edad reproductiva y pueden ser identificados por ecografía en el 80% de las mujeres de ascendencia negra y en casi el 70% de las mujeres blancas. La mayor cantidad de miomas se dan entre los 35 y 40 años de edad.

Los miomas uterinos pueden variar, en tamaño, desde una arveja hasta un tamaño tan grande como un melón. En muchos casos existe más de uno. 

“Se desconocen cuáles son las causas precisas de los miomas. Se presume que tiene que ver con factores hormonales, genéticos, de crecimiento y de biología molecular. Se  piensa que  las células del músculo uterino están genéticamente alterados y que estas células tienen receptores estrogénicos aumentados. Por lo que el estrógeno producido por la mujer puede favorecer el crecimiento de los miomas. La obesidad, al estar relacionada con la presencia de niveles altos de estrógenos circulantes, aumenta el riesgo de desarrollar miomas uterinos”, explicó el Dr. Giovanni Casafranca, médico ginecólogo de Oncogyn.

Para detectar los miomas es importante la historia clínica de la paciente y averiguar si  presenta signos o síntomas de la presencia de miomas, tales como hemorragias, alteraciones menstruales o dolor durante la menstruación.  Realizando un examen físico, se puede detectar el tamaño, la forma y la consis¬tencia del útero, aunque en mujeres obesas, o que no se rela¬jan suficientemente, estas exploraciones pueden resultar difíciles de valorar. De cualquier forma, es preciso confirmar los hallazgos con las pruebas de imagen con una ecografía.

La ecografía transvaginal permite medir el tama¬ño del mioma con mucha precisión, reconocer el número de miomas y hacer una valoración global. También se puede solicitar una tomografía computarizada pélvica abdominal o resonancia magnética nuclear.

El climaterio es más riesgoso que el cáncer



El climaterio es una etapa donde aumenta de forma importante el riesgo de enfermedades potencialmente fatales como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Estudios demuestran que la  enfermedad coronaria y la enfermedad cerebro vascular producen más del 50% de todas las defunciones en Estados Unidos en la mujer mayor de 50 años. 

Aunque la falta de estrógeno es al parecer un factor de primer orden que contribuye a la enfermedad cardiovascular en la mujer, otros riesgos modificables, como la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo, la diabetes, la hipercolesterolemia, el sedentarismo, pueden tener la misma importancia.

Asímismo, aumenta el riesgo de fracturas de cadera y columna debido a la presencia de osteoporosis. Cuando la mujer sufre de fracturas generalmente queda postrada en cama lo cual favorece las escaras, embolia y neumonía que pueden ser potencialmente mortales.

El médico ginecólogo de Oncogyn, Dr. Giovanni Casafranca,  nos explica que el climaterio no es una enfermedad, sino una etapa de transición que ocurre entre la madurez reproductiva y la pérdida de la función ovárica. La menopausia no es lo mismo que el climaterio. La menopausia es solo un momento, es la última menstruación que marca el cese de la función del ovario. 

“Como la edad de la menopausia es variable, no se puede determinar exactamente a qué edad comienza el climaterio, pero se podría decir que a partir de los 40 años ya se tendrían las primeras manifestaciones y esta etapa duraría hasta los 55 años” indicó el especialista de Oncogyn.

Se advierte que no todas las mujeres en etapa de climaterio deben usar terapia de reemplazo hormonal. La indicación de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) dio la impresión, en la década del 80 y 90, de ser la solución para contrarrestar los efectos del climaterio femenino y mantener a la mujer ‘joven por siempre’. Sin embargo en el año 2002, un estudio demostró los efectos negativos que la TRH también podía conllevar para la mujer, entre ellas la más grave es que la TRH aumenta el riesgo de cáncer de mama y endometrio, pero tiene la ventaja que disminuye los bochornos, palpitaciones, mejora los tejidos de la vagina y cuello uterino. 

Debe quedar claro que la terapia de remplazo hormonal solo se debe usar cuando los síntomas del climaterio afectan la calidad de vida de la mujer y cuando esta ha sido previamente evaluada por el ginecólogo. La terapia de reemplazo hormonal mal utilizada es una arma de doble filo.

Cáncer de ovario: el mayor asesino de las mujeres



El cáncer de ovario es el mayor asesino de las mujeres porque una vez diagnosticado, el 60% de ellas morirá por esta causa. 

El Dr. Giovanni Casafranca médico ginecólogo de Oncogyn, nos indica que el cáncer de ovario se desarrolla sobre todo en las mujeres de entre 50 y 70 años. Globalmente, una de cada siete mujeres desarrolla esta enfermedad y es el tercer cáncer más frecuente del aparato reproductor femenino, luego del cáncer de mama y de útero.

Sin embargo, mueren más mujeres de cáncer de ovario que de cualquier otro que afecte al aparato reproductor, y esto está relacionado a que más del 70% de ellos se diagnostican en estados avanzados, porque la mayoría son asintomáticos hasta que alcanzan un tamaño considerable.

“Aún no se sabe exactamente cuáles son las causas de la mayoría de los cánceres de ovario, sin embargo como en la mayoría de neoplasias hay un componente genético que predispone a la paciente a tener cáncer” explica el médico ginecólogo de Oncogyn.

Los síntomas más frecuentes de cáncer de ovario incluyen dolor pélvico y abdominal persistente. Aumento del tamaño abdominal, con sensación de plenitud continua. Pérdida del apetito y sensación de estar lleno rápidamente. También pueden producirse otros síntomas más inespecíficos, como son: orinar frecuentemente, dolor de espalda inexplicable que empeora con el tiempo, cansancio excesivo, pérdida o aumento de peso sin causa conocida, náuseas y vómitos,  Sangrado vaginal y alteraciones del ciclo menstrual

“En el caso de las mujeres con historia familiar, existen una serie de pruebas que, aunque no son específicas para la detección del cáncer de ovario, si pueden ayudar a su diagnóstico” manifestó el Dr. Giovani Casafranca.

Casi siempre el diagnostico precoz de un cáncer de ovario se hace de forma casual en una ecografía de rutina o por medio de ecografías seriadas en pacientes con antecedente familiar de este. Pero de forma general la mayoría de veces se detecta en estados avanzados. Por ello, es importante los chequeos ginecológicos de rutina preventivos, que si salen normales se deben hacer anualmente, pero si se detecta alguna alteración los chequeos pueden ser más seguidos.