jueves, 30 de abril de 2015

CÁNCER DE TIROIDES APARECE TRAS DIAGNÓSTICO DE CÁNCER DE MAMA


Después del tratamiento de cáncer de mama es importante realizarse pruebas preventivas para detectar un posible cáncer de tiroides cuyos casos van en aumento.


Según un nuevo estudio realizado por investigadores norteamericanos del Instituto Nacional del Cáncer de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales de Nueva York, las sobrevivientes de cáncer de mama tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides, dentro de los cinco años posteriores a su diagnóstico de cáncer de mama.

Los investigadores señalaron que el reconocimiento de la relación entre el cáncer de mama y el de tiroides, debe impulsar la aplicación de pruebas de diagnóstico y evaluación preventivas a fin de detectar el cáncer de tiroides entre los sobrevivientes de cáncer de mama, cuya incidencia va en aumento.

El estudio que tiene datos recopilados entre los años 1973 y 2011 encontró 704.402 pacientes con cáncer de mama, 49.663 pacientes con cáncer de tiroides y 1.526 pacientes que desarrollaron cáncer de tiroides después del cáncer de mama. El cáncer de tiroides es un tumor maligno que aparece y crece en el interior de la glándula tiroides, encargada de regular el metabolismo del cuerpo, producir proteínas y situada en la base del cuello. Además se conoce que aunque el tumor sea eliminado, podría reaparecer con el tiempo y su incidencia aumenta con la dosis de radiación recibida.

Por otra parte, este estudio también indicó que las mujeres con cáncer de mama y que luego desarrollaron cáncer de tiroides eran más jóvenes que cuando se les diagnosticó el cáncer de mama y que además eran más propensas a tener un tipo más agresivo de cáncer de tiroides, se detalló que los cánceres eran de menor tamaño y un menor número de pacientes demandaron tratamiento con yodo radiactivo adicional.

Se determinó además, que el cáncer de tiroides se desarrolla en edades más tempranas que el cáncer de mama, por tanto los sobrevivientes de cáncer de mama que desarrollaron cáncer de tiroides eran mayores en promedio que aquellos que sólo padecían cáncer de tiroides.

Detección y prevención.

El Dr. Roly Hilario Esteban, especialista en reproducción humana, de la Clínica Procrear sostuvo que “las mujeres que sufrieron cáncer de mama y recibieron radioterapia en la zona central del tórax, deben realizarse controles de la glándula tiroides, porque luego de la radioterapia y quimioterapia no se sabe si va a volver el cáncer; se les debe evaluar para ver que  el cáncer no aparezca en otros órganos del cuerpo”, agregó.

De esta manera se recomienda que durante los primeros cinco años después de un diagnóstico de cáncer de mama, los sobrevivientes que recibieron radioterapia deban someterse a un examen de tiroides cada año.


ANESTESIA LOCAL EVITA EL DOLOR CRÓNICO DESPUÉS DE LA CIRUGÍA DEL CÁNCER DE MAMA

Hasta el 60% de las mujeres experimentan dolores fuertes tres meses después de la operación y al menos la mitad de ellas continúan con este dolor un año después.


La mastectomía es la cirugía para extirpar toda la mama con el fin de tratar el cáncer de mama o reducir el riesgo de padecerlo. La etapa postoperatoria suele estar marcada por dolores crónicos, éstos se pueden evitar con la utilización de la anestesia local en combinación con anestesia general, según un nuevo estudio.

La atención estándar para mastectomías es una anestesia general, por lo que los anestesiólogos duermen a la paciente usando gas y narcóticos para controlar el dolor.

El estudio realizado en el Hospital St. Michael de Estados Unidos detalla que anestesistas entrenados usaron un anestésico local para congelar los nervios en el área del pecho, lo que permite un excelente control del dolor inmediatamente después de la cirugía, reduciéndolo a largo plazo.

El autor principal del estudio, el doctor Faraj Abdallah afirmó que seis meses después de la cirugía del cáncer de mama, se encontró que las mujeres que recibieron las dos anestesias tenían más de un 50% de menor riesgo de desarrollar dolor crónico en comparación con las que recibieron solamente la anestesia general.

Cabe resaltar que el dolor crónico post operatorio también viene acompañado de irritación y pérdida de la sensación en la zona afectada.

"La paciente va a perder la sensación, no será capaz de sentir un pinchazo, experimentará dolor severo y hormigueo constante", dijo el doctor Abdallah. "Debido a que cada paciente puede experimentar diferentes síntomas del dolor, los médicos necesitan una herramienta fiable para evaluar el dolor en mujeres después de la cirugía del cáncer de mama y medir la eficacia de sus intervenciones”, aseguró.

En respuesta a ello, los investigadores mostraron un test de evaluación del dolor, llamado el DN-4, que puede ser utilizado por los médicos para identificar el dolor crónico en las mujeres después de la mastectomía.

El DN-4 combina preguntas con una evaluación física realizada por un médico especialista quien pone a prueba la sensibilidad de la paciente en las cuatro áreas en las que es probable que se produzca dolor post-mastectomía - el de mama, el pecho, el hombro y el brazo, para así poder controlar el progreso y medir el éxito del tratamiento.


Por su parte,el Dr. Julio Dueñas, especialista en reproducción humana, Director General del Centro de fertilidad Procrear y Centro de Ginecología Preventiva Oncogyn, afirmóque este tipo de aplicación de anestesias se viene empleando en Perú hace más de 10 años, en cirugías laparoscópicas ginecológicas con efectivos resultados al impedir la aparición del dolor postoperatorio sin embargo, aún esta técnica no se aplica en mastectomías. 

“Hace unos años descubrimos que colocando anestesia local la paciente no presenta molestias posteriores y no hay ningún riesgo de usar doble anestesia en cirugías ginecológicas”, concluyó.

miércoles, 29 de abril de 2015

ALTERACIONES GINECOLÓGICAS INFANTILES


Durante la infancia la patología ginec ológica es infrecuente, pero las más comunes son la vulvaginitis, las sinequias vaginales y las malformaciones. La inspección de los genitales externos y la palpación de las mamas siempre deben formar parte de la exploración física sistemática realizada por el ginecólogo pediatra. Es necesaria también la detección de cualquier anormalidad en la configuración externa de los genitales y del himen pues muchos errores diagnósticos se originan por la omisión de la exploración.

En la adolescencia la menstruación es la alteración ginecológica más frecuente. La edad media de la primera menstruación es de 12 años, por lo que las alteraciones del ciclo serán la causa más frecuente de consulta, tanto por exceso como por defecto. La incidencia real es desconocida pero alta, pues estas alteraciones del ciclo se relacionan con ciclos anovulatorios que constituyen del 55 al 82% de todos los ciclos en los primeros dos años tras la menarquía.

• Las alteraciones del ciclo por exceso –hemorragia uterina disfuncional (HUD)– producen sangrado, por su intensidad o por su persistencia en el tiempo, puede dar lugar a anemia e incluso necesidad de transfusión.
La HUD se debe a ciclos anovulatorios en los que el estímulo de los estrógenos (E) sobre el endometrio sin la oposición de la progesterona (PG), hace que éste prolifere desordenadamente. Lotípico son fases de amenorrea de 2-4 meses seguidas de sangrado abundante durante 3 o 4 semanas.

•En las alteraciones por defecto –amenorreas– lo importante es diferenciar si se trata de una patología orgánica o un retraso constitucional, o si es secundaria a enfermedades sistémicas o endocrinas. Se habla de amenorrea primaria ante la ausencia de menarquía a los 14 años acompañada de falta de desarrollo de los caracteres sexuales secundarios o a los 16 años, si éstos se han desarrollado adecuadamente. La amenorrea secundaria es la ausencia de menstruación durante 6 o más meses en una joven que ya la tenía, habiendo descartado gestación.

El dolor menstrual es frecuente en la pubertad, es uno de los motivos de mayor frecuencia. El problema diagnóstico estriba en discernir si estamos ante una dismenorrea (dolor menstrual) primaria o secundaria.

•La dismenorrea primaria se presenta en ciclos ovulatorios, después de 6 a 12 meses de la primera menstruación (menarquia), cuando la ovulación empieza a regularizarse. A los 12 años es de 40%. Aumenta entre los 14 y 16 años y su máxima incidencia es entre los 17-18 años (70%). El dolor es espasmódico, más intenso en la pelvis, que puede irradiarse hacia atrás y los muslos. Se inicia unas horas antes de la menstruación y alcanza su pico en el primer día de la regla. El cuadro puede durar desde unas horas hasta 2-3 días y se acompaña de nauseas o vómitos (89%), astenia (85%), diarrea (60%), mareo, cefalea (60%).

•En la dismenorrea secundaria, el dolor es más continuo, persistente y sordo, y va en aumento durante el periodo menstrual. Las principales causas de dismenorrea secundaria (endometriosis, enfermedad pélvica inflamatoria, adenomiosis, etc.) son infrecuentes en la adolescencia.

Actualmente, se acepta que la dismenorrea se produce por un incremento anormal de la actividad uterina debido a un aumento en la producción de prostaglandinas en el útero concomitante con la caída de los niveles de esteroides ováricos en el momento de la menstruación.

Respecto a la vacuna HPV en la pubertad , los primeros estudios clínicos sobre la vacuna contra el Papiloma Virus se realizaron en mujeres de 9 y 26 años demostrándose la inmunogenicidad y la seguridad.

La ventaja de administrarla antes que la joven haya tenido relaciones sexuales es que nos garantiza que nunca ha estado expuesta al virus por lo que su capacidad de protección va a ser mayor. Si se administrara en la mayoría de edad, un porcentaje muy alto habrían estado expuestas al virus, por lo que la protección no sería del 100%.

Respecto a la vacuna, aún no se conoce el nivel de anticuerpos provocados por la vacuna años después de su administración. Por eso no se sabe aún si se administrará dosis de recuerdo a lo largo de la vida adulta o persistirá un nivel de anticuerpos suficiente para mantener la protección. Los efectos adversos fueron leves y similares a aquellos que aparecen con la mayoría de las vacunas, tales como mareos, síncopes y reacción local.

miércoles, 22 de abril de 2015

CAP. II: PROBLEMAS GINECOLÓGICOS EN LAS NIÑAS

Las alteraciones más frecuentes en las niñas y adolescentes son:

-          Infecciones (vulvovaginitis).
-          Enfermedades de Transmisión Sexual.
-          Sinequias de labios menores.
-          Malformaciones: atresia-vaginal, ausencia de útero, útero doble, tabiques vaginales, imperforación himeneales.
-          Tumores.

La secreción vaginal en las niñas, fuera del periodo neonatal o puberal, es anormal, puede indicar una vulvovaginitis. La vulvovaginitis es la infección de los órganos genitales externos y de la vagina. Se manifiesta con picazón, escozor o enrojecimiento de la zona.
Los casos leves son muy frecuentes en las niñas, constituyen el 25% de las consultas en Ginecología Pediátrica. Este tipo de infección tiene una incidencia máxima entre los tres y los seis años debido a las características anatómico-fisiológicas de estas edades. Se produce una combinación de vaginitis (una inflamación de la mucosa de la vagina) y vulvitis (una inflamación de la vulva, los órganos genitales femeninos externos).

Las causas más frecuentes incluyen infecciones, sustancias u objetos irritantes (como los jabones), tumores u otro tejido anormal, medicamentos y cambios hormonales. Además, las heces pueden pasar desde el intestino hasta la vagina por un trayecto anormal (fístula) y provocar una vaginitis.

Habitualmente, la infección es debida a una deficiente higiene íntima cuando dejan el pañal y empiezan a ir al baño. La higiene insuficiente puede favorecer el crecimiento de bacterias y hongos así como causar irritación. De ahí la importancia de enseñar a las niñas a limpiarse de delante hacia atrás, en sentido vulva-ano.

Las anomalías de la vagina y la vulva femeninas abarcan:
-          Imperforación del himen: el himen es un tejido delgado que cubre parcialmente la abertura hacia la vagina. Una imperforación del himen bloquea completamente la abertura vaginal, así que la sangre o el moco menstrual no puede fluir fuera del cuerpo. Esto con frecuencia lleva a la hinchazón dolorosa de la vagina.
-          Anomalías vaginales: una niña puede nacer sin vagina o tener la abertura vaginal bloqueada por una capa de células.
-          Falta de vagina con frecuencia se debe al síndrome de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser, donde faltan algunos o todos los órganos reproductores internos (útero, cuello uterino y trompas de Falopio). Otras anomalías abarcan el hecho de tener dos vaginas o una vagina que desemboca en las vías urinarias.
-          Sinequiasvulvares: los problemas de desarrollo pueden provocar que los pliegues de tejido alrededor de la abertura de la vagina se junten, lo cual se denomina sinequiavulvar.


Los tumores de vulva son poco frecuentes durante la infancia, pero si aparecen revisten importancia,  algunos son de naturaleza maligna. Por lo general, los tumores de vulva por encontrarse en los genitales externos son detectados más precozmente que los tumores de vagina. 
Los tumores de útero durante la infancia, tanto benignos como malignos, constituyen una rareza. 
Los tumores de ovario son frecuentes durante la niñez y adolescencia variando con el estado de desarrollo físico y hormonal de cada caso, se incrementan después de la menarquía. Es mayor el riesgo durante la pubertad que en la primera etapa de la infancia, aunque pueden reportarse en toda edad incluso en la etapa neonatal.



miércoles, 15 de abril de 2015

GINECOLOGÍA PEDIÁTRICA Y DEL ADOLESCENTE

La Ginecología Infantil y de la Adolescencia es una especialidad relativamente nueva que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades ginecológicas de la niña y uno de sus objetivos fundamentales es preservar su futuro reproductivo.

Esta especialidad tiene como misión acompañar a las niñas y adolescentes en su proceso de transformación física y psicológica hacia la adultez es uno de los grandes retos de la ginecología infantojuvenil. Esta subespecialidad médica busca principalmente promover, prevenir y educar en temas como salud reproductiva y sexual en edades tempranas.

Durante la pubertad, el desarrollo normal del aparato reproductivo trae consigo una serie de cambios que la niña no siempre logra entender en su real magnitud. En este sentido, la orientación especializada cobra una importancia crucial.

Desde que la niña nace hasta su adolescencia (0 - 19 años). Esta especialidad incluye:

-          Recién nacido:es un bebé que tiene 27 días o menos desde su nacimiento
-          Lactante : desde los 28 días de vida hasta los 24 meses y se subdivide en :
-          Lactante Menor: de los 28 días hasta los 12 meses.
-          Lactante Mayor: de los 12 meses hasta los 24 meses.
-          Pre-escolar : Niñas en el periodo entre los 3 a 5 años
-          Escolar: Es la etapa entre los 7 y 10 años de edad, llamada niñez intermedia.
-          Adolescente: edad comprendida entre los 10 años y los 20 años

La atención entregada requiere de una gran delicadeza y dedicación, utilizando técnicas adecuadas de anamnesis, examen físico y procedimientos diagnósticos, especialmente adaptados a cada edad y etapa de desarrollo de la niña.

Cualquiera sea el motivo de consulta, el especialista se preocupa de la salud integral de la niña y su entorno, entregando normas de conducta destinadas a prevenir enfermedades ginecológicas.
En la adolescencia se consideran, además, conceptos de crecimiento y desarrollo físico y psíquico, lo que da como resultado una mayor comprensión de los procesos de cambio.

Permite que la niña y la adolescente puedan:

-          Instruirse respecto a su actividad social para desarrollar su personalidad.
-          Instruirse en los modelos y valores acorde con nuestra sociedad.
-          Educarse para lograr un desarrollo integral máximo.
-          Desarrollar el sentido de la responsabilidad por su propia salud.
-          Educarse con respecto a la importancia de estar inmunizado.
-          Evitar las enfermedades de transmisión sexual mediante capacitaciones
-          Educar al adolescente en evitar el embarazo en la adolescencia
-          Reducir el riesgo que corre embarazarse en estas edades

La Ginecología Pediátrica y de la adolescente:

-          Permite disminuir su ansiedad y miedo a crecer.
-          Permite comprender los cambios puberales del cuerpo y de la mente
-          Enfrentar con actitud positiva y responsable su primera menstruación

De todo esto, se desprende la importancia de efectuar una evaluación puberal al inicio de la adolescencia que da lugar a la Prevención mediante:

-          Identificar factores de riesgo dañinos a la salud.
-          Vacunación.
-          Detectar riesgo de accidentes en los centros estudiantiles y hogar. Tomar las medidas oportunas.
-          Velar por el paso de la niñez a la adolescencia y el buen desarrollo en este periodo
-          Velar por el buen funcionamiento de las relaciones con los adultos y los compañeros.
-          Velar por los intereses de la actividad cognitiva y de estudios.
-          Dominar las características y los problemas de salud de los adolescentes.
-          Descubrir cualquier enfermedad oculta.

miércoles, 8 de abril de 2015

MEDICINA FETAL - CONTROL PRENATAL


La evaluación de la futura gestante debe incluir: valoración del riesgo preconcepcional junto con actividades preventivas y de educación y promoción para la salud.
La mejor fuente de información será una historia clínica completa que incluya historia gestacional previa, historia familiar, antecedentes de enfermedades crónicas e infecciones y medicación utilizada para su control, así como factores psicosociales y de estilos de vida. Una visión conjunta, biopsicosocial, nos puede dar la clave para un buen control y promoción de la salud prematernidad, adaptando las recomendaciones a las condiciones particulares de cada mujer.

Su finalidad es conocer los factores que puedan dificultar la concepción y posterior desarrollo del embarazo para poder incidir sobre ellos precozmente. Los factores más importantes son:

• Edad: La edad materna influye tanto en aspectos psicológicos como fisiológicos. Las gestantes de 15 a 19 años tienen con mayor frecuencia: hijos de bajo peso, prematuros y altas tasas de mortalidad infantil. Las gestantes menores de 15 años o mayores de 40 llevan un riesgo incrementado de alteraciones cromosómicas.

Además, las gestantes mayores de 35 años tienen mayor riesgo de infertilidad (menopausia prematura, endometriosis, etc.), mayor frecuencia de enfermedades crónicas y así como complicaciones durante la gestación y en el parto como diabetes gestacional, hipertensión o alteraciones de la placenta.

• Enfermedades crónicas: Resultarán de especial interés el conocimiento de las enfermedades crónicas actuales o pasadas que puedan condicionar el desarrollo del futuro embarazo. Las pacientes deben ser informadas del efecto de la gestación sobre la enfermedad y de ésta y de su medicación en el feto; enfermedades como la diabetes, asma, enfermedad inflamatoria intestinal, psicosis maníaco-depresiva, patología autoinmune, artritis reumatoide, enfermedades cardiacas, renales, tiroideas o fenómenos tromboembólicos, hipertensión arterial (HTA), infección por el virus de la hepatitis B (VHB), infección por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), tuberculosis o fenilcetonuria.
En la valoración de la futura gestante es importante resaltar, la exposición a enfermedades infecciosas y su estado de vacunaciones:

Rubéola: la infección materna por la rubéola en el primer trimestre de gestación puede producir alteraciones fetales en un 50% de los casos incrementando el aborto espontáneo y recién nacido muerto. El médico debe detectar y vacunar a la población femenina no inmunizada antes de la gestación y aconsejar para evitarla en los 3 meses siguientes.

Toxoplasma: No se dispone de una vacuna para la inmunización. Se realiza el screening rutinario en gestantes para identificar a las pacientes no inmunes y prevenir casos de infección congénita con cambio de los hábitos de conducta: evitar el contacto con heces de gatos y comer carne poco cocinada o no congelada previamente.

Las gestantes con toxoplasmosis aguda presentan un riesgo del 50% de infección fetal. La infección congénita es más frecuente en el tercer trimestre de gestación y las secuelas de la infección tardía son menores. Sin embargo cuando la infección es en el primer trimestre, puede producir lesiones neurológicas severas en el feto e incluso muerte intraútero.

Hepatitis B: el 90% de los portadores crónicos han sufrido infección asintomática; por ello muchas mujeres desconocen que lo son. Las gestantes que presentan una serología positiva a Hepatitis B tienen un 70 a 90% de posibilidades de transmitir a sus hijos la infección perinatal y el 90% de los niños infectados serán portadores crónicos, con un 25% de posibilidades de presentar hepatitis crónica, cirrosis o carcinoma hepatocelular en la edad adulta.

Las vacunas de virus vivos atenuados (sarampión, rubéola, parotiditis, triple vírica, varicela, cólera oral) no deben ser administradas en gestantes y se debe evitar el embarazo en los tres meses siguientes a la vacunación. Reviste gran importancia la inmunización contra el virus de la rubéola en pacientes que deseen una gestación. Las vacunas antitetánica y antidiftérica están indicadas en pacientes embarazadas, podemos iniciar la vacunación a partir del segundo trimestre de gestación. Igualmente es un buen momento para iniciar la vacunación antihepatitis B si las condiciones epidemiológicas de la mujer lo hacen recomendable.