miércoles, 8 de abril de 2015

MEDICINA FETAL - CONTROL PRENATAL


La evaluación de la futura gestante debe incluir: valoración del riesgo preconcepcional junto con actividades preventivas y de educación y promoción para la salud.
La mejor fuente de información será una historia clínica completa que incluya historia gestacional previa, historia familiar, antecedentes de enfermedades crónicas e infecciones y medicación utilizada para su control, así como factores psicosociales y de estilos de vida. Una visión conjunta, biopsicosocial, nos puede dar la clave para un buen control y promoción de la salud prematernidad, adaptando las recomendaciones a las condiciones particulares de cada mujer.

Su finalidad es conocer los factores que puedan dificultar la concepción y posterior desarrollo del embarazo para poder incidir sobre ellos precozmente. Los factores más importantes son:

• Edad: La edad materna influye tanto en aspectos psicológicos como fisiológicos. Las gestantes de 15 a 19 años tienen con mayor frecuencia: hijos de bajo peso, prematuros y altas tasas de mortalidad infantil. Las gestantes menores de 15 años o mayores de 40 llevan un riesgo incrementado de alteraciones cromosómicas.

Además, las gestantes mayores de 35 años tienen mayor riesgo de infertilidad (menopausia prematura, endometriosis, etc.), mayor frecuencia de enfermedades crónicas y así como complicaciones durante la gestación y en el parto como diabetes gestacional, hipertensión o alteraciones de la placenta.

• Enfermedades crónicas: Resultarán de especial interés el conocimiento de las enfermedades crónicas actuales o pasadas que puedan condicionar el desarrollo del futuro embarazo. Las pacientes deben ser informadas del efecto de la gestación sobre la enfermedad y de ésta y de su medicación en el feto; enfermedades como la diabetes, asma, enfermedad inflamatoria intestinal, psicosis maníaco-depresiva, patología autoinmune, artritis reumatoide, enfermedades cardiacas, renales, tiroideas o fenómenos tromboembólicos, hipertensión arterial (HTA), infección por el virus de la hepatitis B (VHB), infección por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), tuberculosis o fenilcetonuria.
En la valoración de la futura gestante es importante resaltar, la exposición a enfermedades infecciosas y su estado de vacunaciones:

Rubéola: la infección materna por la rubéola en el primer trimestre de gestación puede producir alteraciones fetales en un 50% de los casos incrementando el aborto espontáneo y recién nacido muerto. El médico debe detectar y vacunar a la población femenina no inmunizada antes de la gestación y aconsejar para evitarla en los 3 meses siguientes.

Toxoplasma: No se dispone de una vacuna para la inmunización. Se realiza el screening rutinario en gestantes para identificar a las pacientes no inmunes y prevenir casos de infección congénita con cambio de los hábitos de conducta: evitar el contacto con heces de gatos y comer carne poco cocinada o no congelada previamente.

Las gestantes con toxoplasmosis aguda presentan un riesgo del 50% de infección fetal. La infección congénita es más frecuente en el tercer trimestre de gestación y las secuelas de la infección tardía son menores. Sin embargo cuando la infección es en el primer trimestre, puede producir lesiones neurológicas severas en el feto e incluso muerte intraútero.

Hepatitis B: el 90% de los portadores crónicos han sufrido infección asintomática; por ello muchas mujeres desconocen que lo son. Las gestantes que presentan una serología positiva a Hepatitis B tienen un 70 a 90% de posibilidades de transmitir a sus hijos la infección perinatal y el 90% de los niños infectados serán portadores crónicos, con un 25% de posibilidades de presentar hepatitis crónica, cirrosis o carcinoma hepatocelular en la edad adulta.

Las vacunas de virus vivos atenuados (sarampión, rubéola, parotiditis, triple vírica, varicela, cólera oral) no deben ser administradas en gestantes y se debe evitar el embarazo en los tres meses siguientes a la vacunación. Reviste gran importancia la inmunización contra el virus de la rubéola en pacientes que deseen una gestación. Las vacunas antitetánica y antidiftérica están indicadas en pacientes embarazadas, podemos iniciar la vacunación a partir del segundo trimestre de gestación. Igualmente es un buen momento para iniciar la vacunación antihepatitis B si las condiciones epidemiológicas de la mujer lo hacen recomendable.

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