miércoles, 29 de abril de 2015

ALTERACIONES GINECOLÓGICAS INFANTILES


Durante la infancia la patología ginec ológica es infrecuente, pero las más comunes son la vulvaginitis, las sinequias vaginales y las malformaciones. La inspección de los genitales externos y la palpación de las mamas siempre deben formar parte de la exploración física sistemática realizada por el ginecólogo pediatra. Es necesaria también la detección de cualquier anormalidad en la configuración externa de los genitales y del himen pues muchos errores diagnósticos se originan por la omisión de la exploración.

En la adolescencia la menstruación es la alteración ginecológica más frecuente. La edad media de la primera menstruación es de 12 años, por lo que las alteraciones del ciclo serán la causa más frecuente de consulta, tanto por exceso como por defecto. La incidencia real es desconocida pero alta, pues estas alteraciones del ciclo se relacionan con ciclos anovulatorios que constituyen del 55 al 82% de todos los ciclos en los primeros dos años tras la menarquía.

• Las alteraciones del ciclo por exceso –hemorragia uterina disfuncional (HUD)– producen sangrado, por su intensidad o por su persistencia en el tiempo, puede dar lugar a anemia e incluso necesidad de transfusión.
La HUD se debe a ciclos anovulatorios en los que el estímulo de los estrógenos (E) sobre el endometrio sin la oposición de la progesterona (PG), hace que éste prolifere desordenadamente. Lotípico son fases de amenorrea de 2-4 meses seguidas de sangrado abundante durante 3 o 4 semanas.

•En las alteraciones por defecto –amenorreas– lo importante es diferenciar si se trata de una patología orgánica o un retraso constitucional, o si es secundaria a enfermedades sistémicas o endocrinas. Se habla de amenorrea primaria ante la ausencia de menarquía a los 14 años acompañada de falta de desarrollo de los caracteres sexuales secundarios o a los 16 años, si éstos se han desarrollado adecuadamente. La amenorrea secundaria es la ausencia de menstruación durante 6 o más meses en una joven que ya la tenía, habiendo descartado gestación.

El dolor menstrual es frecuente en la pubertad, es uno de los motivos de mayor frecuencia. El problema diagnóstico estriba en discernir si estamos ante una dismenorrea (dolor menstrual) primaria o secundaria.

•La dismenorrea primaria se presenta en ciclos ovulatorios, después de 6 a 12 meses de la primera menstruación (menarquia), cuando la ovulación empieza a regularizarse. A los 12 años es de 40%. Aumenta entre los 14 y 16 años y su máxima incidencia es entre los 17-18 años (70%). El dolor es espasmódico, más intenso en la pelvis, que puede irradiarse hacia atrás y los muslos. Se inicia unas horas antes de la menstruación y alcanza su pico en el primer día de la regla. El cuadro puede durar desde unas horas hasta 2-3 días y se acompaña de nauseas o vómitos (89%), astenia (85%), diarrea (60%), mareo, cefalea (60%).

•En la dismenorrea secundaria, el dolor es más continuo, persistente y sordo, y va en aumento durante el periodo menstrual. Las principales causas de dismenorrea secundaria (endometriosis, enfermedad pélvica inflamatoria, adenomiosis, etc.) son infrecuentes en la adolescencia.

Actualmente, se acepta que la dismenorrea se produce por un incremento anormal de la actividad uterina debido a un aumento en la producción de prostaglandinas en el útero concomitante con la caída de los niveles de esteroides ováricos en el momento de la menstruación.

Respecto a la vacuna HPV en la pubertad , los primeros estudios clínicos sobre la vacuna contra el Papiloma Virus se realizaron en mujeres de 9 y 26 años demostrándose la inmunogenicidad y la seguridad.

La ventaja de administrarla antes que la joven haya tenido relaciones sexuales es que nos garantiza que nunca ha estado expuesta al virus por lo que su capacidad de protección va a ser mayor. Si se administrara en la mayoría de edad, un porcentaje muy alto habrían estado expuestas al virus, por lo que la protección no sería del 100%.

Respecto a la vacuna, aún no se conoce el nivel de anticuerpos provocados por la vacuna años después de su administración. Por eso no se sabe aún si se administrará dosis de recuerdo a lo largo de la vida adulta o persistirá un nivel de anticuerpos suficiente para mantener la protección. Los efectos adversos fueron leves y similares a aquellos que aparecen con la mayoría de las vacunas, tales como mareos, síncopes y reacción local.

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