En diversas salas de operaciones, mujeres entre 35 y 49 años, son intervenidas de manera innecesaria realizándose una histerectomía (extirpación del útero), siendo considerada como la primera opción o la mejor ante anomalías ginecológicas, sin tomar en cuenta las consecuencias irreversibles de la paciente.
Para el Dr. Giovanni Casafranca Mendoza, Médico Ginecólogo de ONCOGYN, el útero, es un órgano de suma importancia no solo por su aspecto reproductivo, sino porque da soporte al piso pélvico, además de producir hormonas que van ayudar al desarrollo del ciclo menstrual. Por lo que se debe agotar todas las posibilidades para conservarla. Se ha observado también que en algunas pacientes al realizarse la histerectomía, el ovario pierde el aporte sanguíneo que recibía de la arteria ovárica experimentando síntomas semejantes al climaterio a edades más precoces. De igual forma también se podrían experimentar alteraciones en la función sexual pues la cicatriz que queda en la cúpula vaginal y el acortamiento de la vagina puede producir dolor durante las relaciones, así mismo disminución de la lubricación vaginal por daño en los nervios de vasos sanguíneos responsables de esto.
Por estos motivos, cuando hay problemas en el útero, no siempre debe extirparse, toda va depender del diagnóstico (cual sea el problema que presente), la gravedad de los síntomas y la pericia del cirujano. “En el caso de los miomas (que es la causa más común de extirpación de útero) muchas veces es suficiente sacar el mioma conservando el útero, y en el caso del prolapso actualmente existen técnicas como el uso de mallas que permiten corregir el prolapso sin necesidad de extirpar el útero. En conclusión solo se extirpará el útero cuando sea clínicamente necesario y este por encima la salud y calidad de vida de la paciente”.
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