Nuevos anticonceptivos orales con mayor concentración de hormonas aumentan el riesgo de desarrollar coágulos y obstrucción de venas que dañan la salud integral.

Los científicos midieron la relación entre el uso de
anticonceptivos orales combinados y el riesgo de TEV en mujeres de 15 a 49 años.
Observaron que las usuarias actuales de cualquier píldora anticonceptiva
combinada presentan mayor riesgo de TEV en comparación con las de la misma edad
y estado de salud que no las tomaban.
El tromboembolismo venoso(TEV) se caracteriza por
desarrollar coágulos en las venas y/o arterias. Esta enfermedad se debe a varios
factores, como presión sanguínea, proceso de coagulación, inflamación y acumulación
de grasa en las arterias. Si el coágulo es grande, éste puede asentarse en
venas profundas y obstruir el flujo sanguíneo en ciertos órganos, lo cual
resulta peligroso para la salud al impedir su funcionamiento normal.
Los anticonceptivos que contienen estrógeno y progestina,
se les denomina píldoras combinadas, a diferencia de otras que sólo contienen
progestina. La mayoría de las mujeres toman este tipo de píldoras. Algunas mujeres
que las usan tienen una mayor posibilidad de sufrir ciertos problemas poco
frecuentes como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, coágulos de sangre
en las piernas, los pulmones, el corazón o el cerebro o desarrollar presión
sanguínea alta, tumores hepáticos y cálculos biliares.
Por su parte, el Dr. Juan YarangaAbregu, ginecólogo de la
Clínica Oncogyn Sede San Isidro, indicó que las píldoras anticonceptivas
reducen la probabilidad de presentar sangrados menstruales intensos, cáncer de
endometrio y de ovarios. “Si una mujer
tiene problemas de varices o dilatación de venas, para ella estará contraindicado
el consumo de anticonceptivos, porque pueden producir la formación de coágulos
internos, más aun si tienen hipertensión arterial, entre otros factores de
riesgo”.
Comparación del riesgo con las mujeres
que no toman anticonceptivos
El
estudio comparó mujeres que no toman anticonceptivos orales con aquellas que ingerían
píldoras antiguas, que contienen levonorgestrel, noretisterona, y norgestimate,
quienes poseían alrededor de dos veces y media más de riesgo de TEV. Las
mujeres que usaban las píldoras más nuevas, que contienen drospirenona,
desogestrel, gestodeno y ciproterona, tenían alrededor de cuatro veces más de
riesgo de TEV que las que no tomaban.
Los
riesgos de las mujeres que empleaban nuevas píldoras eran de alrededor de 1,5 a
1,8 veces mayores que para las mujeres que tomaban las píldoras anteriores. Los
autores de la investigación señalan que las mujeres que ingieren
anticonceptivos combinados no deben dejar de usarlos, pero deben consultar a su
médico y revisar su tipo de píldora si hay alguna preocupación.
Finalmente, precisaron que al tratarse de un estudio
observacional, sin conclusiones definitivas sobre causa y efecto, esta
investigación tiene el poder estadístico suficiente como para ser considerado
un trabajo de clarificación importante.
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